Obra del artista Juan Fernández Herrán (*Colombia 1963)
En tanto categoría cualitativa (no sólo en su acepción simplista de temporalidad) el arte contemporáneo posee diversos rasgos que lo diferencian de otras maneras de hacer arte. Me gustaría comentar dos de esas características ya que son las que talvez más confusión ocasionan, tanto entre los estudiantes como en la actividad crítica y más aún en el público en general.
1. POLISEMIA
La polisemia consiste en la capacidad que posee un objeto o evento artístico de tener o, mejor dicho, permitir múltiples significados.
La cantidad exacta de tales significados no se puede determinar ya que depende en gran medida de la capacidad significadora que posea cada individuo que vea la obra. En el arte contemporáneo, cuantos más posibles significados permita la pieza, mejor.
La polisemia no es en absoluto un fenómeno exclusivo del arte contemporáneo. Existen innumerables ejemplos de polisemia a lo largo de la historia del arte. La sonrisa de la Monalisa es el más conocido. Sin embargo, es recién en el arte moderno y contemporáneo donde la polisemia adquiere una innegable preponderancia.
Obra del artista Petros Chrisostomou (*Londres 1981)
Se podría argumentar que cualquier obra es polisémica aduciendo que un cuadrito al óleo que representa una manzana sobre un plato puede tener múltiples significados dependiendo de cada quien. Pero no es así. El hecho de que el cuadro signifique en primera instancia “manzana sobre un plato” ya elimina, o al menos limita notablemente, la posibilidad de lecturas más variadas.
La polisemia es fundamental ya que permite al espectador de la obra dejar de ser espectador, dejar de ser un ente sumiso, pasivo, y le motiva a explorar (crear) múltiples posibles significados convirtiéndose en partícipe activo y creativo del hecho artístico. La polisemia garantiza, en cierta medida al menos, la libertad cognitiva del individuo que se encuentra frente a la pieza.
El comprender la operatividad de una obra de arte a partir de la polisemia tiene importantes consecuencias en la pedagogía del arte y en la actitud del artista: Como ejemplo, baste indicar que el artista tendría que olvidar sus ansias comunicativas, sus ansias expresivas y sus ansias explicativo-justificativas, para dar lugar a un perfil más…modesto. Cuando al genial cineasta David Lynch se le planteó, a manera de reclamo, que mucha gente no entendía sus películas, el respondió humildemente “Yo tampoco entiendo mis películas”.
Sin título. Obra de la artista Andrea Fischer (*Bolivia 1982) Materiales plásticos.
2. MARCO SEMÁNTICO
Muchos estudiantes piensan que la obra polisémica puede significar cualquier cosa. A menudo surge el argumento de que “cada quien tiene la libertad de interpretar la obra como quiera, cada quien puede ver las cosas como le guste o le convenga”. No creo que ese sea el caso en el arte contemporáneo. Pienso que la polisemia no es ilimitada. Dudo que haya cosas o formas que signifiquen cualquier cosa, o sea que puedan significar todo. Si así fuera, la obra de arte sería un caos semántico.
Obra del artista Anish Kapoor (*Bombay 1954)
Por marco semántico entiendo el rango o espectro de posibles significados que una obra permite o provoca , y por posibles entiendo que estos tendrían que poder ser comprendidos o compartidos por otras personas. Si “dar significado” tiene algo que ver con “asociar”, los significados que se den a una pieza tendrían que estar respaldados por relaciones o asociaciones verificables. En este sentido, no cualquier forma puede significar cualquier cosa. Me permito ilustrar el caso con un ejemplo sencillo:
Si un pintor presenta al público un cuadro completamente negro, la negrura del cuadro podría elicitar significados como noche, espacio sideral, infinitud, drama, miedo, muerte, duelo, luto, soledad, abandono, depresión, elegancia, sobriedad, exquisitez, dark, punk, rock metálico, diabólico, negación de la pintura figurativa, meditación profunda, etc., etc. Alguien podría decir que ese cuadro puede significar “cualquier cosa” y que depende de quién y cómo lo vea, pero no es así. Ese cuadro negro difícilmente podrá significar “alegría del carnaval”, o “inocencia infantil”, o “pureza de espíritu”, u “optimismo matinal”.
El cuadro negro puede tener muchos posibles significados, pero todos ellos deben estar de alguna manera justificados por una asociación plausible. Ese rango de posibles significados es el marco semántico. Es lo que permite aquello que Arthur Danto llama “aboutness” y que, a falta de mejores términos, traduzco por “referencialidad” o “de lo que trata la cosa”.Y esto sí que es responsabilidad del artista.
Obra del artista Dino Valls (*Zaragoza 1959)
En síntesis, la obra de arte contemporáneo es polisémica pero no puede tener significados arbitrarios. Permite y provoca múltiples lecturas pero no tolera cualquier lectura. Es competencia del artista el lograr, mediante una morfología y una sintaxis adecuadas, la polisemia que garantice la libertad cognitiva del espectador. Pero, al mismo tiempo, es su responsabilidad el proponer un marco semántico relativamente definido, crítico, interesante, provocativo, generador de reflexión.
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